Se
considera persona mayor a aquella
persona que excede la edad de más de 65 años (Craig, 1997). Al
hablar de mayores, en la mayoría de los casos, lo relacionamos con alojamientos
para mayores, sobre todo residencias.
El INSERSO, organismo de gran relieve en España, propuso una serie de
definiciones de residencia de mayores. La primera decía “centros que ofrecen
relación, atención integral y vivienda permanente a personas con más de 60
años” (INSERSO, 1992). Otra de las definiciones decía “centros de convivencia
de destinados a servir de vivienda permanente y común, en los que se presta una
asistencia integral y continuada a quienes no pudieran satisfacer estas
necesidades por otros medios” (INSERSO, 1985). Y también la definición que dice
“centros que ofrecen atención integral y vivienda permanente a personas mayores
de 60 años que, por su problemática familiar, social, o económica, o por ambas,
no pueden ser atendidas en sus propios domicilios y necesitan de estos
servicios” (INSERSO, 1993). Como observamos en las anteriores definiciones, en
todas ellas sale el concepto “vivienda permanente”.
Actualmente se ofrece una
definición de residencia elaborada por Rodríguez Rodríguez (1995) que fue recogida en el Libro Blanco de
la Dependencia (IMSERSO, 2005b): “centro
gerontológico abierto de desarrollo personal y atención socio-sanitaria
multiprofesional en el que viven temporal o permanentemente personas mayores
con algún grado de dependencia”.
Pero, ¿es en estas
residencias donde logran conseguir una buena calidad de vida, o intervienen
otros factores en este proceso?
La calidad de vida es un concepto muy amplio y no sólo incluye el
concepto de salud, sino también el de economía, política, la educación entre
otros. Hörnquist (1989) la define como la percepción global de satisfacción en un
determinado número de dimensiones clave, con especial énfasis en el bienestar
del individuo. Aunque no existe una idea general sobre el concepto de
calidad de vida, resulta útil perfilar algunas cuestiones o ideas claves. La
calidad de vida, como hemos mencionado anteriormente, es un concepto
multidimensional pues comprenden componentes tanto objetivos como subjetivos.
Generalmente,
se está de acuerdo en que la calidad de vida comprende también un número
diverso de ámbitos de vida (Cummins, 1997,1999).
La calidad de
vida se encuentra directamente relacionada con la salud, como anteriormente
mencionamos, pues agrupa elementos que forman parte del individuo como también
aquellos ajenos al mismo (Badía, 1995).
Durante la
pasada década se realizaron diversas investigaciones en las cuales se fomentaba
el estudio de cómo los síntomas de diferentes enfermedades y algunas terapias
influyen en la calidad de vida cotidiana (Spilker, 1996). Existen 3 conceptos
en la definición de calidad de vida en relación con la salud:
- El
impacto de la calidad de vida se debe a una enfermedad o tratamiento.
- Los
efectos resultan una disminución de la ejecución normal del sujeto.
- Los
juicios sobre calidad de vida con la salud son únicamente realizados por el
propio sujeto.
La vejez supone uno de los
contextos en los que más importancia se está dando a la calidad de vida.
Ocuparse y preocuparse por una vida de calidad está pasando a ser en la
actualidad la meta gerontológica más perseguida y valorada (Reig, 2000). Vivir
más tiempo exige de las políticas sociosanitarias actuaciones e intervenciones
dirigidas a fomentar en la población estilos de vida sanos y comportamientos
saludables que retrasen todo lo posible en el tiempo la aparición de problemas
de salud (Fries, 1980).
Lawton (2001) sugiere la
existencia de 4 categorías en las que se engloban diversos dominios específicos
de la calidad de vida:
- Calidad de vida física: Es
el dominio más ligado a la biología. Dolor, síntomas, limitaciones funcionales
y función cognitiva aparecen en casi todas las listas de dimensiones físicas de
la calidad de vida.
- Calidad de vida social:
Incluye indicadores objetivos de enganche con el mundo externo. El nivel óptimo
varía según los individuos, por lo que alcanzar el máximo no es necesariamente
mejor para todos. Las medidas incluyen tamaño de la red social, participación
en actividades y espacio social.
- Calidad de vida percibida:
Generalmente presenta el análogo subjetivo de la calidad de vida social, como
la calidad familiar, de los amigos, del tiempo, y la seguridad económica.
- Calidad de vida psicológica:
Está compuesta por los afectos posibles y necesidades personales que tienen un
efecto más generalizado en la calidad de vida global.
Para finalizar, podemos
decir que la calidad de vida es un concepto que abarca diversas dimensiones y
el cual a la hora de dar una definición clara y concisa es difícil. No podemos
asegurar que las personas mayores que se encuentren en una residencia tengan
una buena calidad de vida, pero si podemos fomentarla. De hecho, el objetivo
del siguiente proyecto va relacionado con la mejora de la calidad de vida de
personas mayores que residen en un centro de mayores o residencia.
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